A MANERA DE PROTESTA
Señores:
A la luz del asombro
crece el mundo en mis ojos
-------nace en oriente
y se pone en occidente-------
¿Qué son dos ojos para tal paisaje?
¿Qué son cinco sentidos para tanta vida?
Es desesperante lo mucho que se pierde a diario
-------nuestro tiempo mortal es como el hoyo en la arena
donde un idiota pretende echar el océano-------
Con una desenfrenada gana salgo diariamente a buscar (vida)
a beberla a fondo, aunque no tenga garganta
para ese trago.
Señores:
por lo anteriormente expuesto
me rebelo contra el poder de convertir el mundo en una (bola)
que pueda desaparecer en un soplo
como en una función de magia;
no acepto que me tengan como en un film de suspenso
al borde del disparo.
Ordeno que me dejen vivir lo que aguante;
vivir lo que sin medida quepa entre pecho y espalda
hasta que las velas me escolten de dos en fondo.
Aristides revela esa angustia que nos ataca a todos. El tiempo pasa demaciado rápido y así mismo la vida y no hay manera humana de detenerlo, de parar y apreciar los detalles que en el ajetreo nos parecen insignificantes. Sí, todo pasa ante nuestros ojos, pero ¿lo observamos realmente?, ¿lo vivimos realmente?. El mundo se convierte en un lugar desconocido, lleno de autodestrucción, siempre al borde de la crisis, a un paso del abismo; al punto que perdemos el sentido de pertenencia y de control de nuestras vidas, simplemente nos dejamos llevar por la corriente, sin vivir por nosotros mismos y a fondo.
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